Casos de uso exitosos de recintos fiscalizados en el nearshoring
meno del nearshoring ha transformado de manera radical el panorama logístico y de comercio exterior en México. Cada vez más empresas deciden trasladar sus procesos productivos o parte de su cadena de suministro cerca de los Estados Unidos para reducir costos, mejorar tiempos de entrega y ganar resiliencia frente a interrupciones globales.
En este contexto, los recintos fiscalizados han adquirido un papel estratégico. Estas instalaciones, diseñadas para facilitar el manejo, almacenamiento y regularización de mercancías bajo supervisión aduanera, se han convertido en plataformas ideales para atender las necesidades de las industrias que apuestan por el nearshoring.
El presente artículo explora cómo los recintos fiscalizados han impulsado casos de éxito en sectores clave como la automotriz, la electrónica y el textil. También explica qué ventajas específicas han sabido aprovechar las empresas y por qué constituyen una pieza fundamental en este nuevo modelo de relocalización.
¿Qué es el nearshoring y cómo se relaciona con los recintos fiscalizados?
El nearshoring es una estrategia en la que las compañías trasladan parte de su producción o ensamblaje a países cercanos a su mercado principal. En el caso de México, la cercanía con Estados Unidos, sumada a los acuerdos comerciales como el T-MEC, lo han posicionado como uno de los destinos favoritos para empresas internacionales que buscan reducir dependencia de cadenas de suministro lejanas, como las asiáticas.
Este modelo demanda tres elementos clave: flexibilidad, eficiencia y certidumbre aduanera. Precisamente ahí es donde los recintos fiscalizados se convierten en aliados estratégicos, ya que permiten a las empresas importar temporalmente componentes, almacenarlos sin necesidad de nacionalización inmediata y decidir el momento exacto en el que se liberarán para consumo interno o exportación.
Casos comunes de uso exitoso
Empresas automotrices que almacenan componentes antes del ensamble
El sector automotriz es uno de los principales beneficiarios del nearshoring en México. Grandes fabricantes y proveedores de autopartes han encontrado en los recintos fiscalizados un espacio seguro y flexible para almacenar componentes críticos antes de enviarlos a plantas de ensamble.
De esta manera, si la línea de producción requiere un ajuste o si hay cambios en la demanda del mercado, las empresas cuentan con un inventario accesible que no genera impuestos de importación hasta el momento de su uso. Esto reduce costos financieros y asegura la continuidad del suministro en un sector donde cualquier retraso puede representar pérdidas millonarias.
Electrónica con procesos de reempaque o etiquetado
El sector electrónico, caracterizado por su dinamismo y rápida rotación de productos, utiliza los recintos fiscalizados para realizar procesos adicionales, como el reempaque, el etiquetado en español o la adaptación a normas locales antes de enviar los productos a distribución.
Por ejemplo, una empresa que importa dispositivos desde Asia puede almacenar sus productos en un recinto fiscalizado y realizar ahí el reempaque con manuales en español, etiquetas de eficiencia energética o códigos de barras exigidos por el mercado mexicano. Una vez listos, los productos se liberan al mercado en cumplimiento total con la normativa, evitando multas y retrasos.
Sector textil que transforma mercancía en México para exportarla
El nearshoring también ha potenciado al sector textil y de confección, que aprovecha los recintos fiscalizados para transformar mercancía dentro del país antes de exportarla a Estados Unidos.
Un caso común es la importación de telas o insumos desde Asia que se almacenan en un recinto, se trasladan a maquiladoras cercanas para su confección y posteriormente se regresan al recinto fiscalizado para ser exportados como prendas terminadas. Este esquema permite suspender impuestos durante todo el proceso y, en muchos casos, acceder a beneficios arancelarios gracias a las reglas de origen del T-MEC.
Ventajas que las empresas han sabido aprovechar
Suspensión de impuestos
Una de las ventajas más valoradas por las compañías que apuestan por el nearshoring es la posibilidad de suspender temporalmente el pago de impuestos al comercio exterior. Esto significa que los insumos o productos almacenados en el recinto no generan cargas fiscales hasta que realmente se introducen al mercado mexicano o se exportan.
Esta característica otorga liquidez y permite a las empresas manejar mejor su capital de trabajo, lo cual es fundamental en operaciones de gran volumen o de márgenes ajustados.
Ahorro logístico
El uso de recintos fiscalizados también permite un ahorro logístico significativo. Las empresas pueden consolidar mercancías de distintos orígenes, dividir embarques de acuerdo con las necesidades del cliente final y reducir costos de transporte al planificar envíos más eficientes.
En el caso del nearshoring, donde la velocidad de respuesta es crucial, este beneficio se traduce en entregas más rápidas y competitivas hacia el mercado estadounidense.
Coordinación más rápida con transporte terrestre
La cercanía geográfica con Estados Unidos convierte al transporte terrestre en el medio predilecto para el comercio. Al ubicar mercancías en recintos fiscalizados cercanos a la frontera, las empresas pueden coordinar más fácilmente la liberación de cargas hacia el norte, ajustándose a ventanas de entrega precisas.
Esto es particularmente útil para sectores como el automotriz, que dependen de esquemas de producción just-in-time, o la electrónica, donde los ciclos de vida de los productos son cada vez más cortos y requieren agilidad en la logística.
Conclusión
El auge del nearshoring en México no se entiende sin la participación de los recintos fiscalizados, que han pasado de ser simples espacios de almacenamiento a convertirse en plataformas productivas y logísticas capaces de brindar flexibilidad, certidumbre fiscal y eficiencia operativa.
Los casos de uso en los sectores automotriz, electrónico y textil son claros ejemplos de cómo este modelo permite a las empresas no solo cumplir con las exigencias de sus cadenas de suministro, sino también generar ventajas competitivas frente a otros mercados.
El nearshoring ha abierto una oportunidad histórica para México, y aprovechar al máximo las capacidades de los recintos fiscalizados es clave para capitalizarla.
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